¿O acaso tu no has pensado sobre esto alguna vez? Todos llevamos décadas viendo inventos en la gran pantalla sobre cómo sería la innovación y la tecnología puntera. Sin embargo, no todos los inventos que hemos visto en las películas han conseguido llegar a la realidad. Hoy queremos destacar algunos de los inventos futuristas más populares del cine y cómo se están desarrollando en la actualidad.
Muchos escritores y directores de ciencia ficción adoran crear ideas e inventos de un futuro tecnológico avanzado. Y a lo largo de las últimas décadas hemos visto en muchas películas e historias ficticias como su imaginación ha soñado con futuros posibles. Hay ideas asombrosas e increíbles como el coche volador, pero por el momento no hemos conseguido inventarlo.
Esta especulación imaginativa no es necesariamente un crimen o incluso un error. Después de todo, es solo ficción: un poco de diversión explorando lo que podría ser. Es decir, en ningún caso podemos pretender que estos inventos o ideas tengan una base científica o estén planteados de una forma rigurosa. Incluso en muchos casos, es prácticamente imposible lograr emular en la realidad algo similar a las ideas que se plantean en estos mundos ficticios. Pero para eso se ha creado este genero, la ciencia ficción es una expedición hacia lo desconocido donde dejamos que nuestra imaginación vuele libremente.
¿Qué es la ciencia ficción?
La ciencia ficción es un género literario y cinematográfico que se caracteriza por la especulación sobre posibles avances científicos y tecnológicos. Normalmente se basan en la exploración de mundos imaginarios o futuros alternativos y suelen abordar temas variados. Los temas recurrentes suelen ser la exploración espacial, los viajes en el tiempo, la inteligencia artificial, la vida extraterrestre y posibles futuros distópicos.
La ciencia ficción a menudo utiliza elementos científicos y tecnológicos como base para construir narrativas que pueden ser tanto plausibles como imaginativas. Este género no solo entretiene, sino que también puede hacer reflexionar a su audiencia sobre cuestiones éticas, sociales y filosóficas.
El origen de este género
Muchos piensan que la ciencia ficción es un género literario moderno y que tiene sus orígenes en los últimos siglos de historia. Sin embargo, las primeras raíces de este género se pueden encontrar en escritos del siglo II. A continuación se destacan algunas de las primeras obras que podrían considerarse predecesoras a lo que entendemos como la ciencia ficción moderna:
- «La verdadera historia» (2do siglo d.C.): Escrita por Luciano de Samosata, esta obra es una sátira que incluye elementos de viajes espaciales y encuentros con extraterrestres.
- «Somnium» (1608): Escrita por Johannes Kepler, esta obra es una narración ficticia sobre un viaje a la Luna y se considera una de las primeras historias que trata sobre viajes espaciales.
- «El hombre en la Luna» (1638): Escrita por Francis Godwin, esta novela describe un viaje a la Luna utilizando unas aves como vehículo y es una de las primeras obras en explorar la idea de la vida extraterrestre.
- «Micromegas» (1752): Escrita por Voltaire, esta obra cuenta la historia de dos extraterrestres que visitan la Tierra y es considerada una de las primeras obras en el género de la ciencia ficción.
- «Frankenstein» (1818): Escrita por Mary Shelley, esta novela es una de las primeras en explorar los aspectos éticos y morales de la ciencia y la tecnología a través de la creación de vida artificial.
Estas son solo algunas de las primeras obras que sentaron las bases para el género que conocemos hoy en día como la ciencia ficción. A lo largo del tiempo, este género ha evolucionado y se ha expandido en una amplia variedad de temas y estilos narrativos.
¿Y qué tienen que ver la ética y la filosofía aquí?
Los temas éticos y filosóficos están muy presentes en la ciencia ficción por varias razones:
- Exploración de dilemas contemporáneos: La ciencia ficción a menudo se utiliza como un medio para reflexionar sobre dilemas éticos y morales que enfrenta la sociedad contemporánea. Al presentar escenarios futuristas o alternativos, la ciencia ficción permite a los autores y lectores explorar las implicaciones de las decisiones éticas en contextos extremos o imaginarios.
- Cuestionamiento de la naturaleza humana: La ciencia ficción frecuentemente plantea preguntas sobre la naturaleza humana, como qué significa ser humano, cuáles son los límites de la moralidad y cómo las tecnologías emergentes pueden influir en nuestra percepción de nosotros mismos y de los demás.
- Impacto de la tecnología: Muchas obras de ciencia ficción examinan el impacto de la tecnología en la sociedad y en las vidas individuales. Este análisis no se limita únicamente a los aspectos prácticos de la tecnología, sino que también considera sus implicaciones éticas y filosóficas.
- Interrogación de la realidad: La ciencia ficción a menudo desafía las concepciones convencionales de la realidad al explorar conceptos como la simulación, los viajes en el tiempo y las realidades alternativas. Esto invita a los lectores a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad y la percepción humana.
- Crítica social y política: A través de distopías y utopías, la ciencia ficción critica y examina diversas estructuras sociales y políticas. Estas obras pueden plantear preguntas sobre la justicia, la libertad, el poder y la desigualdad, lo que lleva a una reflexión ética y filosófica sobre cómo debería ser la sociedad ideal.
En resumen, como podemos ver en los puntos anteriores, la ciencia ficción proporciona un espacio fértil para explorar cuestiones éticas y filosóficas debido a su capacidad para crear mundos imaginarios o futuros alternativos que permiten a los autores y lectores reflexionar sobre la condición humana y los dilemas éticos de manera creativa e innovadora.
Entonces, ¿nunca tienen una base científica?
Existen varias películas de ciencia ficción que han sido elogiadas por presentar una base científica sólida o por tratar temas científicos de manera realista. Algunas de estas películas incluyen:
- Interestelar (Interstellar) (2014): Dirigida por Christopher Nolan, esta película es conocida por su precisión científica en la representación de conceptos como los agujeros de gusano, la relatividad del tiempo y los viajes interestelares. Nolan colaboró con físicos teóricos para asegurarse de que los aspectos científicos de la película fueran lo más precisos posible.
- 2001: Odisea del espacio (2001: A Space Odyssey) (1968): Dirigida por Stanley Kubrick y escrita por Arthur C. Clarke, esta película es considerada una obra maestra del género de la ciencia ficción y ha sido elogiada por su precisión científica en la representación del espacio y la tecnología futurista.
- Contact (1997): Basada en la novela de Carl Sagan, esta película dirigida por Robert Zemeckis aborda temas como la búsqueda de vida extraterrestre y la comunicación interestelar de manera realista y científicamente fundamentada.
- Gravedad (Gravity) (2013): Dirigida por Alfonso Cuarón, esta película se destaca por su realismo en la representación del espacio y el movimiento orbital. La película recibió elogios por su precisión científica en la recreación de las condiciones del espacio exterior.
- La llegada (Arrival) (2016): Dirigida por Denis Villeneuve, esta película está basada en el relato corto «Story of Your Life» de Ted Chiang. La película aborda la comunicación con una especie extraterrestre de manera realista y reflexiva, explorando temas como la lingüística y la percepción del tiempo.
Si bien estas películas han sido elogiadas por su precisión científica en ciertos aspectos, es importante recordar que la ciencia ficción a menudo se basa en conceptos especulativos o hipotéticos y que la precisión científica puede variar según la interpretación de los cineastas y el grado de ficción deseado para la narrativa.
¿Incentiva esto la innovación entonces?
En algunos casos los creadores de ciencia ficción sí que han acertado con cómo sería el futuro con algunos de sus inventos, al menos alguna vez de forma puntual o con alguna idea similar. Por lo que dentro de estos juegos, invenciones y visiones futuras imaginarias también se ha conseguido de alguna forma ayudar a dirigir la evolución de la tecnología.
Por ejemplo, los «comunicadores» de mano que se pueden ver en Star Trek, podrían haber inspirado los los primeros diseños de lo que hemos podido llegar a conocer como teléfonos con tapa. Sin embargo, quitando casos puntuales como este, lo normal es que podamos olvidarnos de ver nada similar a lo que sale en las películas futuristas, ya que lo más seguro es que sino acabemos bastante decepcionados.
«¿Dónde están los coches voladores que nos prometieron?», podríamos preguntar. Aunque sepamos que las leyes de la física hacen que el coste energético de conducir un coche volador sea totalmente prohibitivo, esto no hace menor la decepción. Ya que a fin de cuentas, ¿quién no querría conducir un coche volador?
Top 10 predicciones futuras de la ciencia ficción que no se han cumplido
En aras de aclarar las cosas y con intención de atar nuestra imaginación a tierra firme, a continuación queremos listar las 10 predicciones que hemos podido ver en la ciencia ficción, pero que a día de hoy no se han dado.
Uno a uno, ahora vamos a analizar un poco más en detalle cada uno de los principales puntos en los que la ciencia ficción se ha equivocado. Seguro que tú también le has dado una vuelta a esto alguna vez, así que vamos a ver si coincidimos en alguno. No solo queremos señalar qué ideas se han planteado reiteradamente, sino en qué estado nos encontramos realmente a día de hoy en cada uno de ellos.
¡Empezamos!
1. Los chatbots no son conscientes:
A los autores de ciencia ficción les encanta contar historias sobre la sensibilidad de los ordenadores o la “inteligencia general”, lo que nos deja a algunos de nosotros buscando evidencias de que nuestras máquinas han cobrado vida, como cuando el monstruo de Frankenstein despierta tras recibir el impacto de un rayo.
Sin embargo, los grandes modelos de lenguaje actuales son lo más cerca que hemos estado hasta ahora del sueño de la inteligencia artificial y siguen encontrándose en un estado muy lejano a lo que se podría entender como alguien que tiene cierta «sensibilidad». Un LLM es principalmente una gran colección de estadísticas que puede usarse para extrapolar nuevas versiones de textos antiguos de maneras muy creíbles. Cuando los chatbots dicen cosas inteligentes, es porque están imitando datos de entrenamiento con sets de información de donde han podido extraer una respuesta emulando un formato de contestación que se entendió igual de inteligente en un contexto similar. En esencia, son loros estocásticos.
Antes de seguir, ¿qué es un loro estocástico?
La palabra loro creo que no hace falta definirla, pero cabe destacar que aquí se usa porque la expresión «ser un loro». Esta expresión se utiliza coloquialmente para describir a una persona que repite mecánicamente lo que otra persona dice. Es normal que diga cosas sin comprender realmente el significado o sin aportar sus propias ideas originales. Esta expresión se basa en la capacidad de los loros, aves conocidas por su habilidad para imitar sonidos y palabras humanas, de repetir lo que escuchan sin comprender su significado.
Si nos fijamos en el comportamiento que tienen los LLM, realmente no distan de ser de alguna forma una especie de loro tecnológico. Solo que en este caso, en vez de comunicarse oralmente, escribe palabras en una pantalla. Lo importante es que en cualquier caso siempre estará una respuesta que ha encontrado dentro de su base de datos. Es decir, nunca genera contenido único o saca una conclusión propia, simplemente devuelve contenido existente de articulándolo de distintas formas.
Por otro lado, la palabra «estocástico» proviene del griego, «stókhos», que significa «punta» o «objetivo», y «stokhastikós», que significa «hábil en adivinar». En general, se utiliza para describir fenómenos que no pueden predecirse con certeza, sino que están sujetos a probabilidades.
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Es por esto que hay quienes llaman «loros estocásticos» a herramientas de chat con IA que emulan una conversación. Pueden parecer seres digitales inteligentes, como es el caso de ChatGPT, pero realmente solo repite contenido almacenado. En resumen, podemos entender que este es un programa con mucha información que interpreta lo que quieres y devuelve información que entiende que necesitas. La principal diferencia es que su respuesta intenta emular una conversación personalizada. Sin embargo, solo está repitiendo contenido que ha almacenado usando distintos tonos de respuesta.
2. Los ordenadores no son humanos
Si bien los ordenadores no piensan como los humanos, sí que pueden llevar a cabo muchas tareas que son muy útiles. Además podemos decir con total seguridad, que hay muchas tareas que no solo pueden hacer, sino que superan a cualquier humano en ellas. Por ejemplo, en el análisis de datos y la aritmética pueden realizar tareas de forma mucho más rápida y eficiente.
Un claro ejemplo es que pueden buscar rápidamente entre extensas bases de información para encontrar exactamente lo que necesitan. También pueden hacer cálculos complejos, computando infinitamente vastas matrices de números. Además de que consiguen resultados certeros con una velocidad y precisión que deja a los humanos en un segundo plano. A día de hoy es imposible que un humano pueda competir en esos campos contra un ordenador.
El poder de la IA es real, pero a menudo lo olvidamos porque la ciencia ficción nos hace pensar que se parece más a nosotros de lo que realmente se parece. Es decir, aunque la inteligencia artificial a día de hoy está muy avanzada, no termina de parecer humana. Esto es porque no comparte rasgos como el ser voluble, caprichosa o nuestra capacidad de hacer el tonto.
3. La velocidad de la luz y los rayos laser
Podemos ver rayos de energía voladores en películas como Star Wars y Star Trek, pero realmente estos son tan rápidos. Un cálculo mostró que los láseres destructivos volaban a una velocidad de unos pocos metros por fotograma, es decir, a unos 80km por hora, lo que es una velocidad mas lenta incluso que la de algunos ciclistas en el Tour de Francia.
Eso no se acerca a la velocidad de la luz o incluso a la de algunos de los misiles hipersónicos que existen hoy en día. Hacer que el combate de las películas fuera emocionante y teatralmente inmersivo obligó a los productores de películas a ralentizar la velocidad de la luz con respecto a su velocidad real para que tuviera un impacto mayor.
4. La IA no es el problema
Isaac Asimov es famoso por acuñar las tres leyes de la robótica, que le dieron un marco para explorar los límites de las reglas y la lógica. En la práctica, la comunidad de IA se está enfrentando a problemas mucho más mundanos, como la posibilidad de que los humanos demanden a la IA por difamación debido a que esta se invente algo y filtre contenido que es falso a fuentes públicas.
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5. La banalidad de las redes sociales
La serie de Isaac Asimov sobre Hari Seldon y la misteriosa Fundación relató su visión de cómo una ciencia rigurosa de la “psicohistoria” no sólo podía predecir eventos sino darles forma. Gran parte de la serie está dedicada a las historias de una entidad llamada La Fundación. Esta Fundación era capaz de detener el colapso masivo de la civilización con tan solo algunos cambios en la sociedad.
En el mundo real no tenemos a La Fundación sino las redes sociales, y no se conforman con hacer pequeños cambios. Se dedican a dar forma a la evolución psicológica de la humanidad controlando todo lo que leemos y miramos. Es bien sabido que las plataformas de redes sociales utilizan técnicas como filtros de contenido y bloqueos ocultos para garantizar que las personas solo vean lo que la plataforma quiere que se vea.
6. Los robots no se parecen a nosotros
No nos sorprende que los escritores imaginaran que los robots serían hechos a nuestra imagen y semejanza en el futuro, con brazos, piernas, cabeza y una compleja mezcla de sentimientos y lógica.
En la práctica, hay máquinas inteligentes de todas las formas y tamaños. Las fresadoras CNC y las impresoras 3D, por ejemplo, no parecen carpinteros ni albañiles. Los lavavajillas son cajas a la altura de la cintura que no tienen ningún tipo de similitud con lo que podría ser un lavaplatos.
Esto es principalmente debido a razones de funcionalidad específica, ya que cada robot tiene su finalidad. Otro punto importante son los costes asociados que acarrearía darle una forma humana a todos los robots. Aparte de que cada robot debe también tener unas ciertas prestaciones para ser cómodos a la hora de que los humanos interactúen con ellos.
También es importante que su forma y sus prestaciones le permitan adaptarse bien a su entorno. Es por esto que en lugar de imitar una forma humana, los robots están diseñados de otra forma. No se busca tanto una estética humana, sino que este pueda cumplir con sus tareas de forma eficiente.
7. Esperando al Neuromance
Algunas visiones tempranas de Internet imaginaban una experiencia sensorial con formas ricas y coloridas que, hoy en día, pueden parecer más psicodélicas que prosaicas. Los piratas informáticos en Neuromancer «se conectan» e interactúan con «fractales de hielo» o iconos que se transforman en una gran cantidad de colores. A diferencia del resto de nosotros, nunca tienen que luchar con parámetros de una línea de comandos que pueden indicarse con uno o dos signos menos.
En la práctica, la piratería es un trabajo interminable de pulsaciones de teclas y la mayor innovación es que podemos usar Unicode en lugar de ASCII, pero sólo algunas veces. Aparentemente, algunos programadores sienten que usar emojis para nombrar sus variables es de mala educación, incluso peor que no ordenar correctamente su código ASCII.
8. El metaverso es real… más o menos
Libros como Snow Crash imaginan un mundo en el que los humanos van y vienen entre el mundo real y el metaverso en línea con la misma facilidad que inician sesión en un teléfono inteligente. Si bien la mayoría de las personas están acostumbradas a acceder a la información del mundo desde teléfonos y a estar en contacto constante con amigos, la transición a vivir simplemente en un mundo reconstruido en 3D parece más lejana que nunca.
Algunas empresas como Meta se han dedicado a construir un metaverso, pero parece que este proceso es bastante más difícil y mucho menos útil de lo que podíamos imaginar. Por orto lado, otras empresas como Ronday apuntan a objetivos más simples, como proporcionar un espacio de oficina virtual compartido para trabajadores remotos. Sin embargo, la gente parece resistirse a implementar estas dinámicas en su día a día. Aunque también existen widgets como las gafas de datos, tampoco parecen estar terminando de calar en la sociedad. Aunque se vendan muy bien sus anuncios y vídeos de marketing, no parecen terminar de arraigarse en el día a d humano.
No es que el metaverso no se haya hecho realidad, simplemente no es tan omnipresente, omnisciente u omnipotente como lo era en la ciencia ficción. E incluso ahora, muchas personas todavía aman más sus libros impresos sobre papel que lo que un lector electrónico aprecia sus archivos digitales.
9. Los tiempos de espera ha vencido a las bombas lógicas
El ordenador que está congelado por un problema lógico sin solución es un tropo popular de ciencia ficción. En un episodio del Star Trek original , por ejemplo, el capitán James T. Kirk detiene una peligrosa IA señalando algunas inconsistencias en su lógica.
Estos son corolarios del teorema de incompletitud de Goedel o del problema de la detención de Turing. Si bien estos problemas logísticos son desafíos importantes para los científicos informáticos teóricos, los sistemas del mundo real utilizan trucos para evitar estos puntos muertos. La solución más sencilla pueden ser límites de tiempo que finalicen cualquier proceso que se haya estado ejecutando durante demasiado tiempo. De hecho seguro que hay más de un administrador de sistemas que reinicia sus máquinas con regularidad por evitar que algún proceso interno se quede ejecutándose.
10. La singularidad aún no ha llegado
Obras como 2001 o Neuromancer imaginan el surgimiento de grandes inteligencia artificiales que son sensibles y que pueden limitarse o no a las redes informáticas en las que nacieron. Si bien la inteligencia artificial actual parece estar lejos de esa posibilidad, está claro que la ciencia nos está acercando cada vez más a este punto.